El lago Alqueva está rodeado por un paisaje encantador y único.
Descubra las aldeas de la ribera y todos sus encantos.
Aldea de Amieira
Aldea de Alqueva
Aldea de Campinho
La cultura y la gastronomía local son solo algunos de los buenos motivos para conocer las aldeas de la ribera del lago Alqueva.
Aldea de Telheiro
Villa de Monsaraz
Aldeia da Luz
Villa de Mourão
Aldea de Juromenha
Aldea de Villareal
Aldea de Cheles
Aldea da Estrela
La valorización turística de las «Tierras del Lago Alqueva» es una apuesta estratégica llevada a cabo por el gobierno.
Las características de este lago, que se extiende por los valles de los ríos Guadiana y Degebe y por las riberas de Alcarrache, Zebro y Lucefit, ofrece efectivos potenciales de desarrollo turístico, concretamente por la proximidad de aldeas y villas del Alentejo que podrán cimentar su base económica en las actividades de turismo, ocio y recreo de esta amplia zona de aguas y de sus márgenes.
área
aproximadamente
250 km2
perímetro
aproximadamente
1160 km
longitud
aproximadamente
83 km
vías navegables
más de
150 km
Hoy en día, el desarrollo del denominado turismo alternativo es una realidad con gran un gran impacto en la innovación de las actividades turísticas y de ocio a escala mundial.
Contribuye a la consolidación de productos, espacios, equipamientos y servicios, mecanismos de comercialización y modelos de promoción turística caracterizados por rechazar la tendencia global a la masificación y basados en el descubrimiento de nuevos ambientes y de estructuras con una buena acogida, donde destacan la originalidad y el contacto personalizado con los habitantes locales y sus valores y patrimonios culturales.
La villa medieval de Mourão refleja en la toponimia su pasado musulmán, ya que «Mauram» o «Morón» son adaptaciones fonéticas del latín tardío maurorum que significa «de los moros». Y aunque en castellano antiguo «morón» significa «caballo», esta acepción tampoco oculta la esencia histórica de esta tierra de moros conquistada, espada en mano, por caballeros cristianos.
En Mourão destaca el castillo y la torre del homenaje, obra concluida durante el reinado de D. Afonso IV.
Guardiana de la independencia portuguesa, la villa de Mourão muestra al visitante las cicatrices de ese combate en los límites del territorio portugués. Se dice que esta altivez histórica en contraste con la serenidad del caserío blanco que irradia de la Plaza de la República es una de las marcas de esta tierra fronteriza.